Riba de Saelices (Guadalajara)
Asoc. Cultural "La Riba"

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Edad Moderna - S. XVIII - 1739-1781. La nevera de la cueva

LA COFRADÍA DE LA VERACRUZ Y LA CUEVA DE LOS CASARES.

      Riba de Saelices, como todos los pueblos de España entre los siglos XVI-XX, llegó a contar con varias cofradías, como las de San Lucas, la de Nuestra Señora de Armallak, la de Nuestra Señora del Rosario y la de las Ánimas, pero la más antigua era conocida con el nombre del Santo nombre de Jesús y de la Santa Vera Cruz. Fundada en el año de 1598, contaba con unos estatutos que fueron aprobados por el obispo Fray Lorenzo de Figueroa y Córdoba, obispo y señor de Sigüenza, el 12 de Octubre de ese mismo año. En el Archivo Diocesano de Sigüenza se pueden consultar dichos estatutos y el libro de cuentas de la cofradía.

      En sus estatutos se indica las procesiones a las que debían de acudir sus hermanos, así como el hábito blanco que tenían que utilizar en las mismas. También se hace hincapié en que sería conveniente que los hermanos en la procesión, fuesen descalzos si no estaban impedido por algún motivo.

     Esta cofradía contaba entre sus bienes con una parcela situada en el Haza del pago de Arriba que estaba en el Tajón de las Veguillas y que se dedicaba a sembrar trigo. El importe de la venta de dicho producto era ingresado en las cuentas de la cofradía para sus gastos y además contaba con otros ingresos para el mantenimiento de la misma.

     La cueva de Riba de Saelices, célebre hoy día por sus grabados prehistóricos, era propiedad de dicha cofradía de la Vera Cruz, la cual sacaba a subasta todos los años para su utilización como nevera. Sólo hemos podido hacer un seguimiento sobre los ingresos que se obtenían por la renta de dicha cueva correspondiente a algunos años, así como los arrendadores de este negocio.

     En los meses de marzo – abril, se recogían las últimas nieves caídas del invierno para ser almacenada en su interior, para su aprovechamiento como hielo en los duros meses de verano para la confección de refrescos que se utilizaban en dicha población.

     El sistema de almacenaje de la nieve en la cueva, era muy simple: se ponía paja seca en el suelo para que sirviese como aislante, luego se introducía la nieve que era aplastada con unas mazas para que se hiciese compacta, y cuando alcanzaba cierta altura se volvía a poner otra capa de paja para poner más nieve encima que nuevamente se aplastaba. Así se conseguía tener para los meses de verano bloques compactos de hielo que eran vendidos en la población para el consumo.

     Sólo se contaba con este invento tan español como era el botijo para obtener agua fresca en las casas durante el verano. Todas las casas contaban con sus cántaros para recoger el agua de los manantiales, situando un botijo en la entrada de la vivienda para aliviar los rigores del estío.

     El dato más antiguo que he localizado sobre su arrendamiento corresponde a 1737 en que se ajusta su renta por dicho año por el importe de 18 reales. Fue el vecino Juan Sanz quien se hizo cargo en 1738 por el importe de 13 reales, el bajo coste de este año quizá se deba a que no huno más pujas por la misma o que el año anterior apenas se encontró nieve en los meses de recogida de la misa. Al año siguiente de 1739 nuevamente es Juan San quien se hace con la subasta de la cueva por el mismo importe del año anterior.

     Luego siguen unos años de los que no disponemos de información. En el año de 1742 nos encontraremos que el arriendo ha subido a la cantidad de 23 reales, que se deben de cobrar a Simón Macho y Domingo Lijado, que se han quedado con el negocio de la nieve en el interior de la cueva.

     En 1744 nuevamente se hace subasta y esta vez asciende a 25 reales para la renta de la cueva propia de esta Hermandad y lo paga Juan Sanz, éste que ya había tenido en los primeros años el negocio de la nieve, volverá a hacerse cargo de nuevo en el año de 1745, esta vez el importe a pagar vuelve a ser 25 reales. En este año en los libros de la cofradía aparece un cargo por importe “de 3 reales y medio por componer la cerraja de la cueva”, como podemos observar la cueva debía de contar con sus correspondiente muro de piedra y una puerta con su cerrojo para evitar la entrada al interior de la nevera.

     En 1746 el alquiler de la cueva ha subido a la cantidad de 29 reales. En este año son Juan Manuel de Medina y su hermano los que se hacen cargo del negocio de la nieve.

     En los apuntes del libro de gastos de la Hermandad de la Vera Cruz de Riba de Saelices correspondiente al año de 1755 se nos informa que se cobran 28 reales por la cueva, pero “que no hubo nieve”.

     No volvemos a encontrar en los libros de esta citada cofradía de la Vera Cruz, más que tres datos relacionados con la citada cueva referente a su arrendamiento. El primero referente al año de 1756, cuyo importe de la subasta sitúa ya en la cantidad de 30 reales. El segundo, corresponde a 1772, en esta ocasión la subasta se ha realizado por 25 reales. Y la última referencia es por el total de 30 reales que se paga por su arrendamiento de 1781, último año que hemos podido tener información sobre la utilidad de la nevera de Riba de Saelices.

     Como podemos ver, por los datos que encontramos en el libro de cuentas de la cofradía de la Vera Cruz, la cueva de Riba de Saelices sirvió como nevera durante bastantes años, aunque solo hemos encontrado los datos que corresponden a los años de 1739 al 1781.

José Ángel Laguna Rubio.
Revista El Afilador. Sigüenza. Número 44. Agosto de 2007.

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Última actualización: 21 de Octubre de 2014

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