Es Sábado, muy temprano, el Sol aún
no ha salido. En la entrada de Riba de Saelices se empieza a juntar
la gente, hasta 103 personas que bajan desde el pueblo, desde Ribarredonda,
o se acercan desde Saelices. Llegan dos autobuses y la gente se
divide: en uno de ellos, los mayores, en el otro, los jóvenes.
A pesar del madrugón, pocos consiguen dormir: la charla,
la música y los comentarios en cada peligroso giro del ascenso
a Los Coloraos, son la banda sonora de este comienzo de excursión.
En dos horas y media de viaje, pasando por
Molina de Aragón, nos da tiempo a parar a la salida de Monreal
del Campo, para que algunos desayunen por fin, en el restaurante
El Botero. También da tiempo a que algunas concejalas pierdan
su monedero (la preocupación y el suspense permeneció
con nosotros hasta el fin de la excursión).
Por fin llegamos a Teruel, y la esperada entrada
por la Plaza del Óvalo queda frustrada debido a las obras
de remodelación que se han realizado este último año,
y que han hecho que la ciudad se nos muestre con todo su esplendor.
Por eso tenemos que rodear la ciudad para llegar por fin a la estación
de autobuses de Teruel, donde empezará nuestra visita.
Nos reunimos a la salida de los dos autobuses
y nos dirigimos hacia las escaleras hacia el exterior, donde nos
volvemos a dividir en dos grupos. Riba de Saelices invade Teruel.
Los dos grupos partieron en distintas direcciones,
con la sólida promesa de volver a encontrarnos ante la catedral
de Teruel.
(y hay que contar algunas cosas más.....)
El Torico, los amantes de Teruel, la Catedral
de Teruel, la torre de ..
En Mora de Rubielos, nos espera la guía
local, Isa, al borde de la carretera.
Por último, antes de volver a Riba
de Saelices, la mitad del grupo decide visitar el Castillo de Mora.
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